Los expertos advierten de trastornos de conciliación del sueño e, incluso, episodios de pesadillas. En muchos casos, puede llegar a producir insomnio o pequeñas interrupciones, llamadas parasomnia.
También, según recoge Europa Press, puede provocar que los jóvenes tengan un bajo rendimiento en sus estudios al no poder descansar lo necesario y a generar problemas de atención. Otra consecuencia de la que advierten los expertos es aumentar la hiperactividad. «La invasión de este tipo de tecnologías en el dormitorio puede contribuir a la alta proporción de encuestados que afirmaron que habitualmente duermen menos de lo que necesitan», explicab aCharles Czeisler, de Harvard Medical School. Los expertos y neurólogos consideran que los usuarios de este tipo de aparatos (smartphones o tabletas) prescindan de su uso al menos una hora antes de irse a la cama.
El perfil de estos menores suele ser el de varones de entre 14 y 16 años, y el 98% de ellos, por no asegurar que todos, utilizan dispositivos tecnológicos en la hora previa al sueño, incluso en la misma cama. La solución para erradicar este problema pasa por explicar a los chicos las razones científicas de por qué usar los móviles, tabletas y otros dispositivos antes de dormir es malo.