Los jugadores de la Roja se niegan a fotografiarse con el dictador y presidente de Guinea. Por el contrario, han aceptado jugar en Malabo, siempre y cuando no se les use políticamente.
El Secretario de Estado de Cooperación para Iberoamérica, Jesús Gracia, ha viajado a Malabo como avanzadilla de la expedición española que, recordemos, pretende entrar en el negocio petrolero y recuperar las relaciones con Obiang.
Obiang se ha mostrado contento al saber que "los campeones del mundo hayan aceptado jugar sin ninguna compensación económica gracias a las excelentes relaciones culturales, de amistad y cooperación que unen a España con nuestro país".
La oposición ha reaccionado ante estas palabras mandando varias cartas a la Federación y a la FIFA pidiendo que el partido se suspenda porque "servirá para legitimar una dictadura brutal y sanguinaria".