El rey Juan Carlos decepciona a los que esperaban que tratase los dos temas candentes de la corrupción española: el Caso Bárcenas y el Caso Noos.
El rey Juan Carlos centraba su mensaje de Nochebuena en dos de los ejes de la crítica situación por la que atraviesa el país: los durísimos efectos que la crisis económica tiene para desempleados, desahuciados y pensionistas, y el desafío independentista de Catalunya -aunque sin citarla expresamente-, donde la Generalitat ha convocado una consulta popular soberanista.
Y pasa de puntillas sobre la tormenta de escándalos de corrupción que afectan "al prestigio de la política y de las instituciones" en general, pero muy especialmente al partido en el Gobierno y hasta a la propia Casa Real, implicada indirectamente en el caso Nóos de Urdangarin y la infanta Cristina.