FÚTBOL

Y murieron con las botas puestas

Jueves 16 de octubre de 2014

Así cayó el Real Madrid en un Camp Nou que acogió el mejor clásico de los últimos años.



La fortuna se puso la camiseta blaugrana y permitió irse al descanso con dos goles a favor a un Barcelona que fue superado por el mejor Madrid, que consiguió igualar el marcador en la segunda parte tras un ejercicio de casta.

El madridismo pedía once juanitos para la vuelta, y el equipo respondió. Un Madrid exento de prejuicios, con un Kaká muy activo en la primera parte y un Higuaín muy fallón que perdonó la vida (¿y la eliminatoria?) en los primeros compases, avasalló a un Barcelona que salió en la primera parte con el motor ahogado.

Mourinho cambió el chip y salió con un planteamiento atrevido y valiente, todo lo contrario que en los últimos clásicos, y se demostró a sí mismo y a todo el madridismo que se le puede jugar de tú a tú al Barcelona.

Desafortunadamente para los merengues todo el esfuerzo que volcaban en el partido, se traducía en mala suerte, ejemplificada en un palo de Ozil tras un disparo y un Pinto muy acertado. En cambio, el Barcelona marcó dos goles después de llegar pocas veces más a la puerta de Casillas. Pedro, que salió por un Iniesta lesionado, primero, y Alves con un trallazo por la escuadra después, mataron el partido y la eliminatoria en el minuto 45. O eso parecía.

En el segundo tiempo, un Madrid aguerrido y haciendo gala de una garra que hizo famoso al club de Concha Espina antaño, asaltó a un Barcelona que se perdía en florituras y que tenía echado el punto muerto. Ronaldo, tras tumbar a Pinto, subía la moral a los madridistas más acérrimos, y Benzema, tras una jugada espectacular, hizo creyentes a los más escépticos y sumió en un nervioso mutismo a la parroquia culé allí presente.

El Madrid, que llevaba la quinta puesta, se encontraba una y otra vez con la negativa de la pelota para entrar en la portería. El Barcelona pedía la hora 15 minutos antes de acabar el partido y el Camp Nou cambió el rechinar de dientes por suspiros de alivio y gritos de victoria al pitar el colegiado, muy discutido por su actuación, el final del partido.

Así, el Barcelona pasa una eliminatoria que a ojos de muchos no mereció llevarse y elimina a su eterno rival tras dos partidos pasionantes que han hecho ganadores a los culés y más fuertes a los merengues.