Edgar Wright presenta una nueva versión de The Running Man, un thriller distópico que critica la fama y la desigualdad

En un Estados Unidos totalitario del año 2025, la economía se ha derrumbado y el gobierno mantiene a la población anestesiada mediante un reality show brutal llamado The Running Man: los concursantes, criminales o disidentes, deben sobrevivir 30 días huyendo por todo el país mientras son perseguidos por cazadores profesionales armados hasta los dientes. Todo se emite en directo 24 horas, y el público puede ganar premios apostando por cuánto tiempo aguantará cada corredor.

Ben Richards (Glen Powell), un hombre desesperado cuya hija necesita un tratamiento médico imposible de costear, decide entrar voluntariamente en el juego para conseguir el premio millonario… pero pronto descubre que el programa está amañado desde el principio y que nadie ha sobrevivido jamás. Manipulado, traicionado y convertido en el villano favorito del público, Richards deberá usar su ingenio, su fuerza y la ayuda inesperada de una periodista escéptica (Emilia Clarke) para exponer la farsa y, tal vez, derribar todo el sistema desde dentro.

Wright ha declarado repetidamente que esta será “la adaptación más cercana al libro que jamás se ha hecho”, recuperando el tono nihilista y la crítica feroz al capitalismo del entretenimiento que la versión de 1987 suavizó considerablemente. Prepárate para persecuciones imposibles, violencia explícita, humor negro muy británico y un ritmo que no te dejará parpadear.

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