El encuentro en Bangkok ante Marruecos marcará el destino de la bicampeona mundial de fútbol sala. El aspecto positivo es que el conjunto de Venancio depende de sí mismo para clasificarse a la siguiente fase del torneo.
Los nacionales, tras empatar con Irán (2-2) y ganar a Panamá (8-3), están empatados con el combinado iraní con 4 puntos. Esta igualdad puede quebrarse con el último partido frente a Marruecos, donde los españoles buscarán mejorar su defensa, una zaga que no está desplegando lo máximo y eso se nota con 5 goles en contra en tan solo dos partidos. Esta pasividad defensiva contrasta totalmente con el poder ofensivo: diez goles en dos partidos; estos goles son de autores variados, combinándose hasta nueve jugadores distintos. Solo Torras, Álvaro y Ortiz no han firmado aun ningún tanto.
Por su parte, Marruecos encara el partido sin posibilidad de poder clasificarse para octavos de final. Se trata de una selección irregular, ya que consiguió dificultar a la selección iraní con un 1-2, pero cayeron estrepitosamente con los panameños (8-3). Por tanto, la incógnita se centra en el rendimiento de los jugadores norte africanos y su actitud al no tener posibilidades de clasificar.
Distintas posibilidades posibles
Una victoria equivale al primer puesto; un empate podría hacer que el equipo nacional baje hasta la segunda posición, dependiendo del Irán-Panamá. Incluso la derrota puede ser un resultado que beneficie a La Roja, que ante sí tiene una remota opción de eliminación: perder por seis goles de diferencia y que el otro partido del grupo finalice con empate en el marcador.
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