Si alguien tenía alguna duda del crédito que tenía este Barça, ya no sabe que no debe subestimarlo. La primera parte de la eliminatoria en Milán dejó al Barça muy tocado con el 2-0 pero después de que la sinfonía volviese a actuar a la luz de los espectadores todo quedó olvidado. Los héroes fueron Messi (dos), Villa y Jordi Alba.
Los chicos de Roura salieron al campo a hacer lo que mejor sabían, mover el balón con velocidad, marear al rival y presionar en campo visitante cuando el balón no estaba en su poder. Todo se podría haber ido al traste si Niang no llega a fallar un mano a mano con Valdés, pero se intuyó que la noche iba a ser especial y así fue.
Messi se encargó de guiar a su equipo a la senda no solo de la victoria y de la remontada, sino también a demostrarle a aquellos que le criticaron por sus últimas actuaciones, que él no se había ido y que estaba ahí. Sólo tardó seis minutos en estrenar el marcador y de hacer felices a los más de 90.000 aficionados que llenaron las gradas del Camp Nou.
Iniesta y Xavi volvieron a llevar la manija del balón y gracias al pase interior de Andrés a Messi, el argentino abrió la lata del encuentro. El Milan apenas cruzaba el centro del campo y eso lo notó el equipo italiano. Las ocasiones eran permanentes y un nuevo gol estaba a punto de conseguirse. Pero fue el Milan el que pudo dictar sentencia del partido si Niang llega a marcar en un mano a mano con Valdés, el cual estrelló el balón en el poste. La jugada continuó y el éxtasis azulgrana vibró cuando Messi de nuevo se encargó de empatar la eliminatoria. Iniesta hizo perder a Ambrosini el balón en zona prohibida y al recuperar el esférico conectó con Messi para colocar el 2-0.
En las noches mágicas reaparecen los futbolistas consagrados y como no, no pudo faltar Villa. El asturiano volvió al once titular y no falló.
Un pase de Xavi al Guaje, con previo error de Constant en el corte, Villa se acomodó el balón y colocó el cuero en el fondo de las mallas y llevar el delirio a la grada.
Con el pase a cuartos prácticamente en el bolsillo, el Barça reculó y el Milan comenzó a crear peligro. Como broche final de la eliminatoria, Jordi Alba cerró el partido con una asistencia perfecta de Alexis a Alba que entraba por el otro costado en solitario como un rayo.
Una noche que quedará en los anales de la historia culé y sobre todo, de los aficionados. Una victoria para todo el barcelonismo y para Tito, que desde EEUU llevó en volandas a su equipo hacia la victoria.
Si (
No(
