Nadal se reconcilia con el tenis

Nadal se reconcilia con el tenis

jueves 16 de octubre de 2014, 19:11h

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Por fin. Nadal volvió a demostrar al mundo del tenis que ha vuelto y por la puerta grande. Tras batir a Federer en cuartos y a un gran Berdych en semifinales, el manacorense se plantó en la final para enfrentarse a un entonado Del Potro, que venía de dos partidos dificilísimo ante Murray y Djokovic

Rafa Nadal afrontaba la final con emoción y muchas ganas por volver a levantar un Masters 1000 después de su dura lesión de rodilla. Todas esas ganas se demostraron en la pista, ya que el español empezó muy bien el primer set al colocarse con un 3-0 arriba con mucha decisión y liderazgo en la pista. Sin embargo, el argentino no es un jugador más y se hizo con dos breaks letales para dar la vuelta a la manga, uno para hacer el 2-3 en contra y el otro para ponerse definitivamente por arriba con un 5-4, momento en que Rafa no se encontraba en el mejor momento de su juego, con pelotas imprecisas y sin un juego claro.


Tras la primera batalla ganada por el argentino, el segundo set comenzó por la misma senda al ganarle el saque al español y aprovechar el suyo para ponerse con un 2-0. Parecía que se avecinaba el final del partido, pero es lo que tiene Nadal. Esa pasión innata por el tenis que le hace luchar la última bola por muy inverosímil que parezca. A partir de aquí el partido cambió. Rafa decidió meter una marcha más y mover a Del Potro, incomodarle para provocar su desesperación poco a poco. Y lo consiguió. Del Potro veía como las bolas se iban fuera ante las defensas del español y sus carreras a lo largo de la pista hasta que fue capaz de darle la vuelta al marcador y enmarcar el segundo set a su favor con un merecido 6-3.


Se avecinaba el tercer y definitivo set, el que acercaría a uno de los dos a levantar el ansiado trofeo. Ambos empezaban a sufrir la fatiga de partidos anteriores ante duros rivales y eso se vio en los golpes de los jugadores. Muy fuerte con su saque, Nadal consiguió el vital y veloz break del balear y se puso con un 1-2 para desgracia del argentino. Tras ganar ambos jugadores sus saques con juegos en blanco, Rafa se plantó con la ventaja del break inicial y con un 5-3 y tres bolas de partido estuvo a punto de cerrar el partido, pero de nuevo Del Potro tiró de la casta argentina para demostrarnos que no iba a tirar la toalla a las primeras de cambio. Siguió luchando para darle emoción a la final, pero el español no quería alargar más la espera; sus dientes querían volver a morder un Masters 1000.


En resumen, gran triunfo del tenista balear ante un duro rival y que se llevó gracias a la constancia durante el partido. Es lo que necesitaba para creerse que puede volver al número uno, un título luchado con los mejores tenistas del ránking y demostrando su mejor versión del tenis, que le debía una tras su lesión.

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