Tiger Woods ya puede volver a respirar tranquilo. Después de su sequía ganadora, de divorcios y escándalos con mujeres, de perder patrocinadores, Woods vuelve a la hegemonía del golf. Así lo expresó el mismo tras ganar en Orlando: “Es fruto del trabajo duro, la paciencia y volver a ganar torneos”.
La victoria, atrasada un día mas por la lluvia, supuso la número 77 en su carrera en el PGA Tour y por consiguiente que recuperase el trono tras abandonarlo en octubre de 2010, prorrogando sus 623 semanas en el primer puesto.
En lo que respecta al torneo, el estadounidense consiguió en la última ronda 70 golpes -dos bajo par- acumulando un total de 275 golpes, situándose a trece bajo par, muy cerca del segundo clasificado, Justin Rose, a once bajo par (277 golpes). Después de ellos dos, se produjo un cuádruple empate en la tercera posición entre los estadounidenses Wilson, Fowler, y Bradley y el español Fernández-Castaño con 280 golpes.
Ahora tocará ver si podrá mantenerlo durante el resto de temporada, ya que el anterior número 1, el norirlandés Rory McIlroy, no pudo luchar en Orlando por encontrarse ausente, y que seguro que se lo pondrá difícil al mejor tenista del mundo. Por tanto, habrá un precioso duelo en la próxima fecha, que no podría tener mejor escenario que el torneo de Augusta entre el 11 y el 15 de abril.
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