Vuelve Pau Gasol. Una frase que, en los últimos 10 años, era sinónimo de mejora de equipo, ya fuese España, Memphis o los propios Lakers. Claro que, este año, las cosas son muy distintas en la franquicia de California. Un equipo que, por nombres, por potencial, deberían estar entre los tres mejores equipos de la NBA. Uno de los mejores bases de la historia, poseedor de dos MVP, como Steve Nash, un jugador de leyenda, top histórico (sin importar la posición, que tiene un valor más subjetivo) con 5 anillos como Kobe Bryant, el mejor center de los últimos años en Dwight Howard y el ya conocido Pau. Los Angeles Lakers habían reunido un grupo capaz de plantarle cara a Lebron y sus Miami Heat.
El sistema no funciona. Ya sea por lesiones, ya sea por bajo rendimiento de algunos jugadores (mala temporada de Howard y Gasol), ya sea por incapacidad del entrenador (primero Mike Brown, ahora Mike D’Antoni), los Lakers se encuentran octavos, con un récord de 36-35, y con una victoria más que Utah y Dallas. Lo peor no es el puesto, son las sensaciones. Encadenan tres derrotas seguidas, dos tras la vuelta del ala-pívot español, ante Washington y Golden State, coincidiendo con la vuelta a las pistas de un Pau Gasol que llevaba casi dos meses de baja por una lesión en el pie. ¿Vuelta precipitada? Viendo su rendimiento, sí lo parece. Totalmente fuera de forma, apático en defensa (una constante en los últimos años de Pau), ni en ataque se muestra acertado, mostrando un 27% en tiros con un 5/18.
Sabemos que Gasol y Howard no congenian bien en pista, se estorban y el español acaba jugando a 5-6 metros del aro, donde su rendimiento baja notablemente. Así lo demuestran sus números este año, peores de su carrera, con casi 13 puntos y 8 rebotes, para un jugador que vive en un 18-9 perenne.
¿Solución? Veremos qué pasa este verano. A Gasol le queda este año y otro de contrato, a razón de casi 20 millones anuales. A sus 32 años, parece complicado que algún equipo quiera asumir ese contrato, por lo que, presumiblemente, seguirá en Lakers otro año más.
Howard sí acaba contrato este año. No está feliz, es posible que decida cambiar de aires. Una cosa está clara: Mientras esté en pista Kobe Bryant, vencer a Los Angeles Lakers será muy complicado.
Tras la victoria en la prórroga ante Clippers, el ambiente positivo reina en Dallas. Entrar en Playoffs es posible. Calendario duro les espera. Sin ir más lejos, la próxima visita que reciben es la de Indiana Pacers, tercer mejor equipo del Este. Ahora mismo Dallas no teme a nadie. Y puede ganar a cualquiera que no se llame Lebron James. Dirk Nowitzki está de vuelta. 33 puntos y 9 rebotes en la última victoria.
Los jugadores de Dallas hicieron una promesa hace unos meses. Consistía en no afeitarse la barba mientras el récord del equipo fuese negativo. En el momento que las victorias igualasen a las derrotas, el objetivo estaría cumplido. Cada vez están más cerca. El récord actual de los Mavs es de 35-36, al igual que Utah, aunque los Jazz están en peor dinámica de juego y resultados. Dallas es uno de los equipos más en forma actualmente en la NBA, y llega en el momento adecuado.
Todo apunta a que el Lakers-Mavericks del 2 de abril será clave para decidir el octavo puesto. Una victoria de Lakers dejaría prácticamente sentenciado su pase. Siempre que Utah no remonte el vuelo, claro. Cosa que no es descartable, viendo que sus dos estrellas interiores, Al Jefferson y Paul Millsap, están recuperados de sus problemas físicos y afrontarán el final de temporada al 100%. Preciosa batalla por entrar en Playoffs nos espera.
La otra noticia a destacar en el Oeste es la derrota de Denver. Tras 15 victorias consecutivas, algunas de ellas ante rivales complicados, perdieron ante, aparentemente, uno de los rivales más fáciles que se podían encontrar: New Orleans Hornets. Sin Greivis Vásquez, Brian Roberts explotó con 13 puntos y 18 asistencias para dar la victoria a su equipo.
Los que siguen con la racha son los Heat. Se nos acaban los adjetivos para definir la sucesión de victorias. 27 suman ya, tras la lograda ante Orlando. Cuidado a su próximo partido, en campo de unos Bulls donde se habla que podría volver Derrick Rose. Si al final Miami no cuenta con Wade, baja en los últimos partidos, su racha peligra seriamente. Lebron y Bosh tendrán que multiplicarse. Pese a todo, Miami sigue siendo favorito en ese partido, y en lo que queda de temporada. El back-to-back es asequible para un James históricamente acusado de perdedor. Ahora es otro Lebron, un jugador totalmente imparable y dominador de todas las facetas del juego. El mejor jugador de la liga y sin jugar al 100%. No lo necesita (aún).
Premios.
Jugadores de la semana:
Este: LeBron James. Miami Heat. Espectacular semana del alero nacido en Akron. Con 30.8 ountos, 10 asistencias, 8.8 rebotes, 2.5 robos y 2.2 tapones, lideró a Miami a conseguir un 4-0 de récord esta semana. Va a ser el MVP de la temporada gracias a actuaciones como éstas.
Oeste: James Harden. Houston Rockets. En el momento más complicado de la temporada, con Houston jugándose el pase a Playoffs, James Harden aparece para mostrar su mejor nivel y demostrar que es uno de los jugadores de élite de la liga. 26 puntos, 4 rebotes y 3.7 asistencias son sus números de esta semana, incluyendo una canasta ganadora ante San Antonio Spurs.
Partido destacado:
Dallas Mavericks 108 – 103 Los Angeles Clippers. Tensión, igualdad, tiros imposibles, polémica arbitral… el partido jugado en el American Airlines Center tuvo de todo. A destacar la actuación de Nowitzki por parte de los locales y de Chris Paul por parte de los Clippers.
Actuación individual:
John Wall. Washington Wizards. Posiblemente el base más en forma de la NBA, lleva unos partidos espectaculares, ayudando a su equipo a la victoria. El ejemplo más claro lo encontramos en el partido que les midió a Memphis Grizzlies, donde consiguió 47 puntos, 7 rebotes y 8 asistencias en la victoria por 107-94 ante uno de los equipos más completos de la conferencia Oeste.
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