Los blaugranas no tuvieron piedad con un Mallorca incapaz de cerrar los huecos a los ágiles jugadores culés. Tras unos instantes en los que ambos tuvieron oportunidades claras de gol, fue Cesc Fábregas el que inauguró el luminoso tras una bonita pared con Alexis y cruzar su chut con exquisita precisión. Solo dos minutos después fue Alexis el que anotó tras recoger el rechace del tiro de Cesc. En un abrir y cerrar de ojos, los baleares ya tenían el partido cuesta arriba y todavía venía lo peor. La dupla hispano-chilena volvía a actuar para poner el tercer y el cuarto, asociándose en cada uno de ellos como si estuviesen conectados.
Muñiz Fernández señaló el final de la primera parte por suerte para los baleares, que no sabían donde meterse. Fue empezar el segundo tiempo para que Fábregas, por tercera vez, batiese a Aouate y demostrar a todos los que no confiaban en él que aun tiene magia para días y días.
Los culés siguieron dominando sin problemas, gustándose como siempre lo hacen en cada partido. Además de las numerosas ocasiones catalanas, hay que destacar la vuelta a los terrenos de juego de Abida, que sustituyó a Piqué y emocionó a todo el Camp Nou después de superar su dura enfermedad.
Partido perfecto para Cesc y Alexis, que se redimen ante tanta crítica del aficionado culé por su bajo rendimiento dentro del campo. En la cara amarga del día se encuentran los bermellones, que se colocan como farolillo rojo con 24 puntos a tres puntos de la salvación, tres puntos que parece costar sudor y sangre para esos equipos en la lucha por el descenso.
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