Más 'Messías' que nunca

Más 'Messías' que nunca

jueves 16 de octubre de 2014, 19:11h

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Barcelona 1 – 1 Paris Saint Germain

Sufrió más de la cuenta el equipo culé para certificar su clasificación para las semifinales de la Copa de Europa. Los culés no encontraron su juego y los franceses camparon a sus anchas por el césped del Camp Nou, donde se adelantaron en una contra veloz firmada por Lucas Pastore. Veinte minutos después igualó el Barça impulsado por la incorporación de Messi por Fábregas.

Nunca hay que desestimar a un equipo en Champions. Es un error. Precisamente eso fue lo que hizo el equipo de Vilanova y los noventa mil aficionados que acudieron al campo culé, creyendo que solo iban a un trámite europeo. Pero fue justamente lo contrario. A pesar de que los locales no necesitaban marcar para pasar a la siguiente  ronda por su empate a dos en París, los franceses acechaban el área de Valdés para abrir la brecha y provocar un pequeño caos en la Ciudad Condal.  Lavezzi, Moura e Ibra -más asistente y creador hoy-    lo intentaron de toda forma posible, pero siempre se encontraban con la doble V para desbaratar disparos lejanos y remates de cabeza, demostrando que lo imperativo para los de Tito era anotar un gol y rebajar la amenaza parisina. La cuestión era la siguiente: ¿Cómo marcar? Con un Villa desaparecido en ataque en la primera parte y Fábregas totalmente ausente en el terreno, solo protagonizaban peligro arriba un iluminado Iniesta y el canario Pedro, incisivo por banda y cayendo al área para recibir balones al espacio.

En una primera parte dominada en ocasiones por el equipo de Ancelotti, el aficionado blaugrana llegaba al descanso con más respeto al rival y cierto canguelo por verse fuera de la competición como ya pasó con el Chelsea. Ese miedo se materializó al inicio de la segunda mitad cuando Ibrahimovic habilitó al argentino Pastore con un pase en profundidad, asistencia que el ´27´del equipo francés no desaprovechó y batió a Valdés. Daba comienzo la alarma de incendio y todo el mundo sabía quién lo podía extinguir: Leo Messi. El argentino ya tranquilizó al hincha culé solo con el calentamiento en la banda y aun más lo iba a hacer cuando pisase el rectángulo. Parece de película, pero la entrada de Messi aterrorizó a la plantilla francesa, que reculó e hizo ver a Sirigu el miedo que tenían solo con un Messi al 50%. Más Messi. Solo ocho minutos después de su entrada, su equipo empató. El jugador diez comenzó la jugada, tocó para el asturiano Villa y este hacia atrás para Pedro, que golpeó con todo para batir al portero italiano con un zurdazo fulgurante. Fuego extinguido. No fue el mismo el PSG con la entrada de Messi y menos aun con el gol. Su peligró amainó y el Barça comenzaba a jugar solo en campo rival, aunque sin inquietar demasiado a Sirigu.

A los  culés les valía el empate y arriesgaron con el cambio de Villa por Song, ya que un gol del rival te obligaba a marcar dos sin un delantero de referencia y con un Messi semiausente. Afortunadamente para ellos no fue así. Los segundos descontaban en contra de los franceses, que a pesar de conseguir dos empates en la eliminatoria, no pudo dar la alegría a su afición y alargar la alegría del jeque.

Ganó el Barcelona, ganó Messi. El jugador tiene tiempo para descansar y poder ayudar a su equipo desde el minuto 1. Ellos lo necesitan y hoy se demostró más que nunca; noventa mil espectadores le dieron gracias por su esfuerzo. Con él no hay sufrimiento. Con él sí se puede.

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