Los catalanes no pudieron cumplir con la machada. El conjunto de Heynckes no tuvo piedad de los culés y volvió a vencer a domicilio al Barcelona. Robben, un gol de Piqué en propia y Müller pusieron en el global la friolera de 7-0, sin duda una de las mayores palizas sufridas por los catalanes en la Liga de Campeones. Los alemanes se clasifican sin despeinarse a la final, donde se enfrentará al Borussia.
Nada de nada. Los alemanes no entienden de orgullo catalán, al contrario, los avergonzaron aun más. Con muchas bajas en el once, incluido a Messi, el equipo de Tito no pudo contar con Busquets, Mascherano, Puyol o Jordi Alba. Para sustituirlos, entraron Bartra, Adriano, Song y Villa. Por parte de los alemanes, los únicos cambios estuvieron protagonizados únicamente por Mandzukic en lugar de Mario Gómez y de Van Buyten por Dante. Pero el cuerpo del Bayern se mantenía intacto: Scheweinstaiger y Javi Martínez se volvieron gigantes, más aun, ante los pequeños Iniesta, Villa, Cesc y Pedro, que además contaron con las coberturas excelentes de Ribèry.
El Barça empezó como se esperaba. Intentó dominar, llegar por dentro y por bandas, pero no había manera. La máquina alemana era perfecta atrás y podía ser mortal arriba en cualquier momento. Los culés quisieron llegar fieles a su juego, pero hoy esa no era la solución ante la concentración y sacrificio defensivo teutón. Además, las imprecisiones blaugranas. Muchos, demasiados, pases fáciles y jugadas no llegaban a su destino: cuando era el momento del tiro, se erraba el pase; cuando lo idóneo era el pase, el chut tenía lugar. Las ocasiones más peligrosas llegaron de lado local con dos tiros lejanos de Xavi y Adriano y un remate dentro del área de Xavi que se fue por poco. Los centro europeos esperaban a la contra. Ribèry, Robben, Müller y Mandzukic se convertían en torbellinos cuando la pelota se proyectaba hacia el arco de Valdés, pero la defensa se hizo fuerte. Bartra, Song y Piqué cortaron, a veces muy al límite, las jugadas de esos jugadores tan verticales.
De nuevo, cabe reiterar la poca presencia de Xavi, pero parece más meritorio destacar el trabajo alemán. Robar, robar y robar. Eso era el pensamiento imperante en cada cabecita muniquesa. Si era necesaria la falta, se hacía. El sistema era perfecto, asfixiante en defensa y a veces correcto para robar los balones. Lo único que se podía achacar eran algunas pérdidas alemanes que generaron las pocas oportunidades blaugranas.
Descanso. No había ni un ápice de remontada. No se podía con esas máquinas. Quizá Messi le podía dar una velocidad más al juego o generar movimientos en otros jugadores. O solo aportar su espíritu como hemos visto en partidos como contra el Athletic de Bilbao o contra el PSG. Tito no lo hizo. Quizá no quiso arriesgar su físico porque veía que no había solución. La solución la aportó el Bayern, y en concreto Robben. Decidió acabar con las tonterías y poner su gol. Su gol. Ese gol que empieza desde la izquierda, justo en la esquina del área, se desplaza hacia el centro para buscar ángulo con su zurda y colarla pegadita al palo largo. Dicho y hecho. Valdés se estira, pero la parábola iba más abierta.
Más de lo mismo. El medio campo alemán retomó su examen para hacerse con la matrícula. Superior. Mucho más que eso. Tuvieron tiempo para hilar jugadas: tocar en zona de tres cuartos, jugando con la defensa, con Neuer y generando peligro. El único miedo que tenían los jugadores alemanes estaba en Scheweinstaiger, Javi Martínez y Lahm (son los que salieron de inicio), apercibidos y amenazados con no jugar la Final.
Sobra contar los dos goles de los alemanes, y más si uno es en propia puerta por un mal despeje de Piqué. Quizá muchos aprovechen para decir que es necesario un cambio en las filas blaugranas, nuevos jugadores que aporten otros elementos. El Bayern ha dado algo bueno a los culés (aunque no lo crean): una reestructuración del equipo. Savia nueva en la delantera, un mariscal que lidere la defensa y puede incluso un cambio en Xavi, el guía, si no recupera su nivel.
Ya solo queda disfrutar de la final alemana. Los dos mejores equipos y que más lo merecen ya están preparando el partido más importante de clubes de cada año. Han barrido a los equipos españoles, y estos se tienen que recomponer para que no terminen de destronarlos en Europa.
Si (
No(
