El Rumspringa, es el periodo que comienza alrededor de los 16 años en el que los nacidos en el seno Amish se alejan de la comunidad para así poder decidir qué es lo que le satisface: vivir en la vida moderna, abandonando la comunidad o bautizarse dentro de la iglesia Amish y volver a su tradición.
El diario británico 'The Daily Mail' ha publicado unas fotos extraídas del perfil de Facebook de varios de los jóvenes Amish en tiempo de Rumspringa, en las que aparecen incumpliendo todas las normas impuestas por su comunidad: experimentando con la tecnología, las drogas, las fiestas o el alcohol.
Esta red social a la que todos nos hemos acostumbrado, se ha convertido en una herramienta para que los Amish se relacionen con otros Amish, organicen fiestas y presuman con sus amigos de su nuevo inglés (no Amish), sus cortes de pelo o su estilo de vida moderno.
"Les encantan, pero no tienen mucha experiencia", asegura Chris Weber, asesor de los adolescentes en cuestión de drogas y alcohol.
Facebook y los 'smartphones' permiten a muchos jóvenes de esta comunidad -archiconocida principalmente por su estilo de vida sencillo, vestimenta modesta y su resistencia a adoptar comodidades y tecnologías modernas- a seguir los mismos patrones de uso de las redes sociales que el resto de sus compañeros no Amish y es que para la mayoría de los Amish, el simple hecho de posar sentado para una foto se considera arrogante y contrario a sus normas. Además, las redes sociales han permitido la organización de 'macrofiestas' y macrobotellones.
Noah Hershberger, una joven de 22 años que recientemente abandonó la comunidad, asegura que los jóvenes se han vuelto más inteligentes a la hora de publicar información sobre sus fiestas en Facebook, ya que son conscientes de que podrían poner al corriente a la policía.
Menores de edad
"Hay muchos menores de edad, por lo que han empezado a usar mensajes de texto para comunicar la dirección y hora de las fiestas", asegura Hershberger.
Facebook facilita a los Amish ampliar considerablemente sus círculos sociales, por lo que si antes una de sus convocatorias congregaba a unos pocos, ahora atrae a cientos y en ocasiones de otros estados. "Solíamos hacer fiestas, pero ahora no tardamos nada en organizarlas y 700 niños se presentan. Todo el mundo está conectado y chateando", explica Weber.
Irónicamente, Facebook amplía el mundo de los jóvenes Amish, pero sólo para que conozcan a otros Amish pero algunos jóvenes en periodo de Rumspringa no están interesados en salir con otros Amish o socializar con ellos, quieren conocer el mundo exterior no relacionarse con sus semejantes.
A pesar de la obsesión con las redes sociales, la fotografía y conocer gente por internet, hay una línea que no cruzan los jóvenes Amish: los vídeo-juegos. Los adolescentes que se obsesionan con juegos como 'Farmville' o 'Angry Birds' son ridiculizados por sus compañeros.
No se puede saber el número de Amish inscritos en Facebook, pero algunos líderes de la iglesia están comenzando a hablar en contra de la red social.
Si (
No(
