Cristiano Ronaldo dio ayer muestras de su ADN de gran futbolista y con un doblete respondió en la cancha al entrenador José Mourinho que, de paso, garantizó al Real Madrid una victoria cómoda por 3-1 sobre el Chelsea en Miami y el título del campeonato veraniego de Guinness International Champions Cup.
El duelo entre el Real Madrid y el Chelsea, tenía el morbo del enfrentamiento entre Mourinho y el equipo que dejó hace dos meses y no defraudó por la calidad del juego y la manera en que tanto Casillas como Cristiano Ronaldo mostraran sus galones.
El Madrid fue el dueño y señor del campo y del balón, que soltó al primer toque con un Luka Modric brillante y un laborioso Karim Benzema, que se movió por todos los sectores del campo.
El equipo de Carlo Ancelotti consiguió la ventaja a los 14 minutos con un venenoso remate a ras del lateral zurdo Marcelo a pase de Modric. Delirio de Marcelo, abrazos con todos los jugadores del Real Madrid, especialmente con CR7, y varias miradas hacia Mourinho, camufladas más tarde como miradas a su banquillo.
El Chelsea, que no había generado ninguna situación de peligro hasta ese momento, surgió con la primera, que fue preciosista para que mediocentro brasileño Ramires, quien solo frente a Casillas lo batió con un vaselina.
El empate 1-1 no reflejaba lo que hasta entonces sucedía en el campo, pero los del italiano Ancelotti mantuvieron su tren de juego, con el control de balón a primer toque del croata Modric y el alemán Mesut Özil.
Desafío a Mourinho
La gran noche de Cristiano Ronaldo se afianzó con un gol de tiro directo que superó la barrera y cruzó primero que las manos de Petr Cech a los 31 minutos. Delirio de nuevo entre los jugadores del Real Madrid y del portugués, que con mirada desafiante buscara a Mourinho.
En la segunda parte el Chelsea propuso un juego más ofensivo y Casillas tuvo que emplearse a fondo en varias ocasiones para neutralizar las escaramuzas del equipo inglés, consiguiendo de esta forma mostrar el buen nivel del portero al que Mourinho relegara al banquillo.
Luego, poco a poco el Madrid volvió a encontrar el balón y el dominio para gestar otro momento estelar del partido cuando Cristiano Ronaldo desde atrás apareció como una sombra para clavar de cabeza el 3-1 al minuto 57.
El pase vino desde la izquierda lanzado por uno de los nuevos fichajes, Isco, que hasta entonces se había mostrado más aplicado en la contención. El gol hundió la reacción que hasta entonces mostraba el Chelsea y Mourinho buscó en su banco recursos para enderezar el rumbo.
Ancelotti dio paso al argentino Ángel Di María, que mantuvo la presión a sus rivales. Álvaro Morata en el tiempo del descuento marcó un golazo de tacón pero fue anulado por fuera de juego.
El último partido de la gira del Real Madrid por Estados Unidos será el sábado, en San Luis (Misuri) frente al Inter.
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