IU, UPyD, PNV y ERC boicotean el Guinea-España

En concreto han sido Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), UPyD y PNV y ERC, los que han exigido a Mariano Rajoy que realice un boicot institucional al partido amistoso que el próximo sábado disputarán en Malabo las selecciones de fútbol de España y Guinea Ecuatorial.

El propio régimen de Obiang ha hablado sobre el encuentro diciendo que refleja "las excelentes relaciones culturales y de amistad" entre España y su país, mientras que la oposición ha lamentado que el equipo español se haya "prestado al sucio juego propagandístico" del régimen.

Gaspar Llamazares ha criticado la "falta de sensibilidad" de la Federación Española de Fútbol al llevar a cabo este enfrentamiento, que no es "de carácter deportivo, sino claramente político".

El portavoz de Justicia de la Izquierda Plural piensa que la FEF ha puesto "en un compromiso" a nuestra selección: "No deja de ser polémico que en estos momentos una dictadura como la ecuatoguineana se vea avalada, aunque sólo sea desde el punto de vista deportivo, por una selección que es la Campeona del Mundo".

La portavoz de Exteriores de UPyD, Irene Lozano, ha ido por la misma línea, exigiendo que el Gobierno no dé "ninguna" cobertura política a ese enfrentamiento, "ni siquiera de mínima cortesía".

La portavoz declara que el Ejecutivo "nunca ejerce la menor presión" hacia Guinea Ecuatorial, mientras que el diputado de PNV, Emilio Olabarría, ha criticado que disputar ese partido puede suponer "una suerte de aval" a un régimen dictatorial y "genocida", y considera que ésa no es "la mejor fórmula" para apoyar el avance hacia la democracia. "El fútbol es más que fútbol desafortunadamente y tiene un valor simbólico y de legitimación moral".

El diputado de ERC, Joan Tardá, considera "una gran hipocresía" que se justifique la celebración de este partido asegurando que "el deporte está por encima de los regímenes políticos". Según ha proclamado, de lo que se trata es de "no dar cancha" a un dictador que es un "genocida".

"Es una actuación absolutamente hipócrita que evidencia la doble moral del Gobierno español", concluía Tardá.