La Justicia alemana ha ordenado devolver parte del “tesoro de Múnich” a Gurlitt, debido a que más de 400 obras fueron adquiridas de manera legal ya que habrían sido vendidas o entregadas por el Estado, por lo que, legalmente, le pertenecen; en el caso de las obras despojadas a judíos, el problema está en que la obligación de restituirlas habría prescrito, aunque el Gobierno busca el camino legal para que las obras vuelvan a sus dueños. Por su parte, Gurlitt ha asegurado que no devolverá de forma voluntaria ninguna de las obras de arte, entre las que se encuentran obras de Picasso, Klee o Matisse.
Ante esta situación, el Congreso Central de Judíos, en Alemania, rechaza que estas obras sean devueltas a Gurlitt, ya que consideran que esta decisión es una falta de sensibilidad por las víctimas del nazismo. También han calificado de “conspirativo” el hecho de que la investigación se mantuviera en secreto durante 18 meses.