El equipo español comenzó muy enchufado en el partido y con un gran porcentaje en el tiro exterior, aunque la vanguardia de la batalla se estableció entre los pívots de ambos equipos.
Los pívots españoles decantaron la balanza a su favor y Juan Carlos Navarro y Rudy Fernández no sólo cumplieron en defensa, contra los exteriores brasileños, sino que vieron aro con facilidad, de ahí la cabalgada que inició la selección en el marcador, pasando de un 2-8 (minuto 2:30) a un 8-20 (minuto 6:30), que hizo saltar las primeras alarmas en Brasil.