El oro también da la espalda

El oro también da la espalda

jueves 16 de octubre de 2014, 19:11h

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El galardón con más prestigio del mundo del fútbol deja a parte de la gloriosa lista de los premiados, una amarga lista con nombres ilustres que llegaron a rozar los ribetes dorados del balón, pero que no llegaron a sujetarlo.

El oro también da la espalda

Con Leo Messi por montera, ganar el premio que concede la revista France Football en colaboración con la FIFA, se antoja imposible para cualquier otro jugador mortal. Aunque ese jugador se llame Xavi Hernández y se digne a caber en el adjetivo de mortal considerando a Messi como divino. Xavi se une así a esta lista de ilustres nombre que se quedaron con la miel en los labios.

Todos recordamos el caso de Raúl González, que en 2001 tenía todo para llevarse el premio, pichichi de Liga y Champions, además de alzarse con los dos trofeos, vió como un sorprendente Owen, con mucho menor promedio en su club que Raúl ese año, se llevó el premio al marcar un hat trick con su selección ante la todopoderosa Alemania. Fue una de las grandes injusticias del fútbol que coronó al jugador inglés con tan solo 36 puntos de ventaja sobre el español.

Como recordamos a Raúl podemos mentar otra gran injusticia, Dennis Bergkamp, que llegó a ser Balón de Plata y de Bronce en el 92 y 93 al ser máximo goleador de la Eurocopa del 92. Uno de los jugadores con más clase y más elegancia del fútbol que se quedó sin el galardón dorado.

Romario Da Souza, el terror de decenas de defensas en los noventa, vió como acababa su carrera y sus mejores años, justo cuando implantaban la concesión del premio a jugadores no europeos. Llegó tarde a la fiesta como se diría más tarde.

Thierry Henry, uno de los mejores delanteros de la historia, tampoco consiguió alzar el trofeo. Líder del mejor Arsenal de la historia, batió registros goleadores de Inglaterra y de Europa además de llevar la elegancia a unas delanteras que en aquella época casi siempre estaban atestadas de jugadores que vivían para el gol de forma cerrada y con un juego no muy distintivo.

Una de las figuras del Dream Team de Cruyff, y máximo exponente de la elegancia y maestría del fútbol en los 90, fue Michael Laudrup. El mejor jugador de la historia de Dinamarca se quedó sin el galardón dorado, y se retiró sin ninguna distinción a su juego y clase que bien merecieron algún premio.

Otro milanista que no consiguió los laureles de la élite, fue otro grandísimo defensa, Paolo Maldini, al cual, su descomunal y dilatada carrera internacional tanto en su club como en su selección, así como su abultadísimo palmarés, no le sirvieron para conseguir el trofeo.
Recordado como uno de los mejores defensas de la historia, Franco Baresi, tuvo la mala suerte de coincidir con la generación dorada del Milán del que era miembro. El italiano tuvo que ver como sus compañeros Van Basten, Rijkaard o Gullit se llevaban el galardón y le empujaban a un amargo tercer puesto en el 89.

El mentor de la famosa “Quinta del Buitre”, Emilió Butragueño, se quedó en dos años consecutivos, 86 y 87, en dos terceros puestos que pusieron límite a su reconocimiento internacional.

Podemos mentar muchísimos más grandes jugadores, Kenny Daglish, Paco Gento, Iker Casillas, Andrés Iniesta, Dino Zoff, Just Fontaine, Ferenc Puskas, Enzo Francescoli, Roberto Carlos o el recién fallecido Sócrates. Jugadores que aún sin un premio material que certifique su juego y sus logros, serán reconocidos como algunos de los mejores jugadores de la historia del fútbol.

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