Un derbi no sólo es un partido más, es la oportunidad de alcanzar el honor delante de tus más fieles seguidores. Ambos querían la victoria, pero solo uno logró demostrar el lugar que se merece en la Liga.
Copa del Rey, ida de cuartos de final, el Valencia jugaba en casa, pero el Levante de algún modo también lo hacía. Las aficiones estaban presentes, cerca de cuarenta mil personas no quisieron perderse uno de los derbis más esperados para los valencianistas. El más ansiado por la situación en la que se encuentran ambos clubes en la Liga. El victorioso veía acercarse al Levante, solo a cuatro puntos por debajo en la clasificación. Tenía la oportunidad de demostrar que saben hacer gol y lo hicieron.
Un partido para disfrutar siempre y cuando lleves la camiseta blanca. Y es que el equipo de Juan Ignacio Martínez lo pasó realmente mal cuando veía que se marchaba al descanso con 3-1 en su contra. En la primera parte hubo partido, en la segunda “derbi”. Los pases certeros de Pablo terminaron en tres asistencias como tres goles. Y es que se podría decir que sin él, el encuentro no habría sido el mismo. En el minuto 25 vio como Jonas rompía el fuera de juego y se la dio. El gol ya está hecho. Primera alegría de la noche y balón para los de Emery. Seguía atacando el Valencia y aguantando el Levante, pero Pablo seguía en el terreno de juego. Disparo del valencianista que acabó en rechace y en gol de Soldado. Cinco minutos después, los granates encajaban el segundo.
Llegaba la hora de reaccionar y el equipo levantino no supo hacerlo. Solo uno de sus jugadores intentaba destacar y magníficamente lo hizo. Resurgido de las profundidades en las que se encontraba el equipo, Koné sorprendió a Diego Alves y a Mestalla. Su imponente disparó terminó colándose por la escuadra de la portería valencianista y ponía el esperanzado 2-1 al partido. Pero ya no hubo más, el Levante no aprovechó la tranquilidad que bañaba el partido en los minutos finales de la primera mitad y encajó el tercero. Pablo Hernández de nuevo en la jugada y encontronazo entre el autor del gol Piatti y el guardameta Keylor quien tuvo que ser sustituido por Munúa antes de que finalizara la primera mitad.
Tras el descanso volvían ambos equipo al terrero de juego y con ellos llegó el “derbi”. El espectáculo de goles casi había concluido y fue entonces cuando llegó a escena el colegiado Paradas Romero. El ambiente estaba tenso y los jugadores lo reflejaban en el escenario. El telón se alzaba y las discusiones y sustituciones continuas ralentizaron el segundo acto. Ya no había fútbol. Sin claras ocasiones por parte de ninguno de los equipos, el partido copero llegaba a su fin. Pero aún quedaba tiempo de descuento y el Valencia quiso poner punto y final a esta obra. Para ello, Tino Costa recitó el último verso en forma de parábola que daba la victoria aplastante por 4-1 al equipo ché.
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