Los pericos unen a Villarreal y Racing como víctimas del Mirandés

En Anduva se obró el milagro

En Anduva se obró el milagro

jueves 16 de octubre de 2014, 19:11h

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El Mirandés eliminó al Espanyol en un partido vibrante de fútbol del bueno. El estadio rojillo llevó en volantas a sus jugadores celebrando el histórico pase a Semifinales de la Copa del Rey

En Anduva se obró el milagro

“Esto es Anduva” rezaba un cartel en el estadio del modesto club del grupo II de 2ºB, haciendo referencia al famoso “Esto es Esparta” de Leonidas en la película 300. Nada más acertado. En espartanos se convirtieron los rojillos durante los poco más de noventa minutos que duró el encuentro, 5700  almas que no cesaron de animar a sus jugadores para remontar el marcador adverso de la ida en la que perdieron 3-2. Por lo tanto, les bastaba con superar a los pericos por un gol.

Sus aficionados ya sabían lo que su equipo ofrecía: fútbol con mayúsculas, buen trato de balón y peligro tanto por raso como por aire. El Espanyol, y su técnico Pochettino, también lo sabían por ello salieron a tentar al contrario, tal y como un gladiador hace con su adversario: por eso se dejó a dos de sus mejores armas en el banquillo, Thievy y Verdú vieron como ambos equipos se guardaban bien las espaldas, no querían hacerse daño en estos primeros 45 minutos y el orden táctico y las entradas duras reinaron en el césped.

Pocas oportunidades de gol pudimos ver, aunque los dos equipos mantenían posesiones largas cuando tenían el control del balón no lo hacían con la suficiente profundidad y verticalidad para crear ocasiones claras: los locales lo intentaron con balones colgados al área que su delantero centro, Alain, no pudo llegar a conectar bien. El otro peligro del Mirandés tenía  nombre y apellidos: Pablo Infante. El ‘14’ no pudo respirar por el gran marcaje que Galán realizó sobre él.

El Espanyol fue el primero en lanzar una estocada. Nada más comenzar la segunda parte, Weiss –el mejor de su equipo–  se olvidó de análisis y se inventó una incursión por la derecha para centrar hacia atrás. El pasé lo despejó el meta Nauzet pero el balón cayó a un jugador blanquiazul que se la puso a Rui Fonte; su remate acabó en el fondo de las mallas.

Anduva enteró enmudeció por un minuto, el tiempo que tardó su equipo en volver a poner el balón en juego. No sé si el público animó a su equipo, o su equipo animó al público con su juego de pases: El caso es que los locales se pusieron las pilas. “No hemos llegado tan lejos para acabar así” debió pensar el ídolo de Miranda del Ebro, Pablo Infante, y se puso a destajo a intentar su jugada por la izquierda. A la tercera vez que lo intentó, Galán no pudo llegar, Pablo se metió hacia dentro  y su disparo chocó en la pierna de un defensa cambiando la trayectoria hasta golpear el poste y besar las mallas de la portería. Empate a un gol y El Mirandés, Anduva, Miranda de Ebro y España entera se creían el milagro.

En el ecuador de la segunda parte comenzaron los cambios. Pouso consciente de lo que se avecinaba, sacó a Lambarri para lucharlas de cabeza y a dos jugones más: Borrell y Muneta. Por su parte: Pochettino obró de oportunismo y sacó sus armas: Thievy, un correcaminos, y Verdú para aprovechar a la contra los huecos que dejara el equipo local.

A Pouso le salió la jugada redonda: Lambarri las ganó todas por arriba y Muneta y Borrell volvieron locos a la zaga perica, mientras que Thievy pareció no haberse quitado el chándal.

Los minutos pasaban, Anduva y el Mirandés empujaban hacia delante. El partido expiraba pero nadie en Miranda de Ebro dejaba de animar. Los jugadores, llevados por su afición, hicieron caso omiso del gran desgaste físico para obrar el milagro: Con los 90 recién cumplidos, Casilla alargó la agonía unos minutos más sacando una mano providencial a un tiro a bocajarro de Lambarri. Sería prolegómeno del éxtasis final: A un minuto para cumplir el tiempo añadido, Pablo Infante sacaba una falta desde la izquierda y Caneda remataba en plancha al primer palo con un cabezazo inapelable para el joven guardameta perico.

Una marea rojilla invadió el campo al finalizar el partido: Los jugadores fueron manteados, llevados a hombros recorriendo todo el campo. Y es que el Mirandés ha hecho historia: sólo 3 equipos de la tercera categoría lograron llegar a semifinales de la Copa del Rey y sólo dos eliminando a tres primeras. No hay equipo que más se lo merezca que el Mirandés CD.

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