El Espanyol se fue para Barcelona con la satisfacción de haber arrollado a los leones en la segunda mitad, que moralmente le acerca a su décima final de Copa. Pero le faltó acertar con el gol. Falló hasta cuatro ocasiones claras con el 1-1 en el marcador. La última de Víctor Álvarez, que sólo tenía que empujar el balón y celebrar el tanto. Fue el ganador moral y se lleva la ventaja del gol de oro de Víctor Sánchez a Cornellá.
Sergio González, blindó a su equipo atrás para anular a Aduriz, que meses atrás les había destrozado. Aunque en el inicio del partido el jugador campó a sus anchas por el terreno de juego, avisando a Pau tras un robo a Arbilla y marcando con un balón picado por encima del portero al recibir un servicio De Marcos.
El cuadro perico se esmeró gracias a Lucas Vázquez, que le dio la noche a Aurtenetxe, al que se le vio muy desubicado en el campo. Pero fue Víctor Sánchez quien supo sacar partido de un mal despeje del lateral del Athletic para lanzar un misil a la escuadra.
El Athletic se veía obligado a dar un paso. Muniain avisó con un tiro cruzado, pero el balón no entró. No hubo tiempo para más hasta después del descanso.
Sergio García hizo temblar a la grada con una jugada marca de la casa: caño a Gurpegui y centro-chut con la zurda que rozó el larguero. Se echó a su equipo a sus espaldas y volvió a inventarse otra genialidad que Stuani mandó arriba.
Los leones no se quitaban de encima la presión de los catalanes. Caicedo volvió a tener el 1-2 en sus botas. Regateó a Herrerín y cuando estaba a punto para dar la puñalada, se le cruzó Etxeita.
Inexplicable fue lo que falló a cinco minutos del final Víctor Álvarez. Con todo a favor, cabeceó al poste un gol claro al centro de Lucas.
Muchas ocasiones tuvieron anoche los blanquiazules. El Athletic estuvo muy abrumado y achicando agua como podía. El pase a la final queda en stand by y habrá que esperar a Cornellá para ver quién de los dos se convierte en finalista.