La copa se tiñe de blanco (74-91)

La copa se tiñe de blanco (74-91)

jueves 16 de octubre de 2014, 19:11h

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A la tercera fue la vencida para el Real Madrid, que se llevó merecidamente el trofeo de Su Majestad. Liderados por el MVP Llull (23 puntos) y Carroll (22) los de Laso consiguen su primera Copa desde 1993, superando además al Barça como el que más veces la ha conseguido.

Todo el contexto jugaba en su contra: tres días de juego seguidos, Palau San Jordi, dos años perdiendo la final ante el mismo rival…pero a partir de que el árbitro hizo sonar su silbato nada de eso iba a importar. Pablo Laso y el madridismo necesitaba dar un golpe sobre la mesa, mostrar a Europa que esta vez van en serio, y que mejor forma que en Barcelona y ante su máximo rival.

El planteamiento inicial fue el habitual durante la competición, con un perímetro muy alto que conseguía ventajas ante los exteriores culés. Con Navarro en el banquillo y Lorbek bien vigilado, solo Ndong a través de sus rebotes ofensivos conseguía mantener al Barça en el partido. Desde el primer momento Llull se hizo con la manija y el tempo del partido, no dejando que los catalanes se pusieran por delante en el marcador durante ningún momento del juego.

Ante el empuje blanco los azulgrana solo podían contestar con canastas aisladas: un triple de Navarro, una acción de Eidson o las constantes apariciones de un Ndong pletórico (19 puntos y 11 rebotes). Pero bajo los aros Begic también demostraba su madurez de esta campaña y no dejaba de intimidar las acometidas del rival. 33-42 al descanso con una clara superioridad madridista, con Laso ganando claramente en la parcela táctica y con una defensa catalana (la mejor de Europa) que hacía aguas ante el acierto de Llull y compañía.

Tras la reanudación se pudo ver una versión mejorada de este Barça. Un Pete Mickeal que ahora sí aprovechaba sus ventajas, un Lorbek que comenzaba a despertar desde 6’75 y la defensa que les ha llevado al lugar donde ahora están. El Madrid solo podía contestar con los triples de Llull, pero tras colocarse a solo un punto (51-52) apareció el factor del partido, la dinamita: Jayce “Boom boom” Carroll. Su emparejamiento con “La Bomba” era uno de los más esperados, y el escolta norteamericano puede presumir orgulloso de habérselo llevado. En este tercer cuarto anotó un triple y un 2+1 clave para frenar la remontada rival, que sumado a un gran triple un Llull omnipresente sobre la bocina devolvía al Madrid los casi 10 puntos de ventaja (56-65).

El último periodo fue una oda al juego ofensivo por parte del equipo de la capital. Carroll definía perfectamente el juego del escolta anotador, pasando los bloqueos uno tras otro, encarando la canasta y lanzando. Corriendo los contraataques y penetrando. Sacando faltas a un Navarro muy gris durante toda la competición. El Barça se había quedado sin argumentos, y a causa de la falta de costumbre ante la situación se dejaron llevar, llegando a perder por hasta 20 puntos de diferencia, la mayor en una final de Copa.

Al final, triunfo madridista, primer título de la temporada para ellos, MVP para un Sergio Llull que sigue creciendo cada día más (sin importar la posición en la que juegue) y, sobretodo, una sensación de que el juego alegre, atrevido y ofensivo también tiene cabida en el siglo XXI.

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