Intratables

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jueves 16 de octubre de 2014, 19:11h

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El equipo de Mourinho aplasta al Racing en el Bernabéu. Los goles de Ronaldo, Benzema (2) y un recuperado Di María sentenciaron a los cántabros. Dos polémicas en el primer tiempo.

El Real Madrid sigue con paso firme en la Liga, ganando inapelablemente al Racing, y firmando así una vuelta completa al campeonato en la que ha ganado 18 de los 19 últimos partidos disputados. El cuadro cántabro no fue suficiente para demasiado Madrid. El conjunto blanco se adelantó a los cinco minutos, y vio cómo a los cuarenta el conjunto cántabro se quedaba con diez. Mucho más de lo que el Racing podría soportar. Demasiadas facilidades para un Real Madrid que dejó la sensación de haber podido arrasar también sin ellas. Benzema marcó por partida doble, como también lo hiciera Di María el mismo día de su reaparición, en lo que fue una noche redonda para el madridismo, que al menos hasta el domingo podrá presumir de tener al Barcelona a trece puntos de distancia.

Mourinho y Di Stéfano avisaron la semana pasada de que dejándole cancha a los rivales no llegarían muy lejos, y desde luego que los pupilos del portugués tomaron buena nota de los consejos. Pues si llevaban cuatro partidos de los últimos cinco empezando por detrás en el marcador, esta vez fueron los merengues lo que comenzaron asfixiando al rival. Ronaldo cabeceó al palo en un córner ya en el minuto cuatro, para instantes después remachar a gol desde la línea un buen centro de Kaká, que aprovechó su propio rechace para firmar la asistencia. 28 goles lleva ya el ‘7’ merengue en lo que va de Liga, y 121 desde que aterrizó en Concha Espina, lo que le valió para igualar el registro de otro mítico ‘7’ del club blanco: el mismo Juanito. Siete minutos, y gol del ‘7’ para igualar al ‘7’ más legendario en la Casa Blanca.

Un gol que fue la mejor excusa posible para todos aquellos que querían pasarse a las semifinales de Copa del baloncesto, que se disputaba a la misma hora. Y es que si ya antes del partido, la balanza parecía claramente desnivelada a favor de los merengues, con el gol, las diferencias se acusaron aún más. Es cierto que el Racing sólo había perdido un partido de los últimos nueve, pero en el Santiago Bernabéu apenas conseguía pasar de la línea del centro del campo.

El Real Madrid tenía el encuentro en sus manos. Sólo él podía guiar el marcador hacia uno u otro lado, con un dominio total de la posesión y de las ocasiones. Granero se mostró nuevamente como el mejor acompañante posible de Xabi Alonso para los gourmets del fútbol, el cuarteto formado por Ozil-Kaká-Ronaldo-Benzema ralló al sobresaliente nivel que últimamente acostumbran, y la reaparición de Marcelo se dejó notar. Así, el partido se desarrollaba con la sempiterna sensación de que en cualquier momento llegaría la puntilla de los blancos. Y ésta llegaría antes del descanso con la firma de Cisma.

El lateral visitante se ganó una primera tarjeta amarilla al minuto veinticinco por manos al cortar un contraataque. Y cuarto de hora después, volvió a cometer manos al cortar esta vez un centro de Ronaldo, lo que le valió la segunda amonestación y expulsión. Como ante el Levante la pasada jornada, el Real Madrid jugaría la segunda parte entera contra diez. Y como ante el Levante, la expulsión sería definitiva para decantar un partido ya de por sí desequilibrado. Y de hecho, apenas cinco minutos después de la expulsión, en los albores de descanso, Benzema firmó el segundo tanto tras una buena maniobra dentro del área escondiéndole el balón a su marcador y picando el cuero por encima de Toño. Un gol muy de Raúl González, si se permite la comparación, ya que la noche iba de sietes.

Tras el descanso, y ya con toda la trama del encuentro resuelta, se vio un partido de dos caras. Una, la del Racing, un quiero y no puedo. Y otra, la del Real Madrid, un puedo y no quiero. O mejor dicho, un puedo más, pero con lo que tengo me vale. Y es que con el freno de marcha puesto, y pensando en Moscú, fue capaz de mantener a buen recaudo los tres puntos. Y es más, pues amplió la ventaja incluso, merced a un Ángel Di María que tocó el cielo a los diez minutos de reaparecer tras dos meses lesionado. El albiceleste enganchó un zurdazo desde el pico del área que se coló por el palo contrario de la portería de Toño, dibujando una deliciosa trayectoria hasta las redes visitantes.

Benzema todavía marcaría uno más antes del final del partido, cuando toda la grada estaba más preocupada de la sede de la final de Copa y de esquivar la acumulación de gente a la salida del estadio. El francés cerraba así su doblete en una nueva exhibición de buen hacer. Cuarto gol merengue, tres puntos más en la tabla, y nada menos que trece de diferencia hasta que el Barcelona juegue este domingo ante el Valencia. Sin duda, una nueva jornada soñada.

El protagonista, Ángel Di María: El argentino tuvo tiempo de reaparecer tras su lesión, volver loca a la defensa santanderina, marcar un golazo y volver a lesionarse. Por lo pronto, no viaja a Moscú.

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