¿El culpable? Todos los dedos apuntan hacia una sola persona, Agapito Iglesias, presidente y propietario del club. Sin embargo, la resignación se está apoderando de la afición y la propia plantilla, que ve su descenso como una meta inevitable.
La pasada temporada lograron una salvación casi ‘milagrosa’, aunque Iglesias se enfrenta a un duro reto: en caso de que se produzca el descenso, será el único presidente que ve a su equipo caer en dos ocasiones bajo su mandato.
También el aspecto económico se ha convertido en una asignatura pendiente para el presidente, que compró a Alfonso Solans el club con más de 70 millones de euros de deuda, doblándolo en la actualidad.
Sonadas son todas las apariciones de Iglesias en los medios de comunicación, ya sea por su gestión o por su manejo del dinero del club considerada ‘poco transparente’ por la prensa local del club.
Una de las consecuencias sociales de esta gestión, es la ya conocida ‘agapitada’ en el minuto 32 de cada tiempo de partido, en homenaje a su año de fundación.
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