Bielsa vistió a su once inicial con el traje de gala, mientras que Raúl hizo lo propio con Pichichi con la ofrenda floral que todos los equipos que juegan por primera vez en la Catedral deben realizar. La importante baja de Iturraspe trasladó a Javi Martínez al centrocampista y dejó juego en el centro de la zaga para Ekiza. Por el otro lado, Stevens, el entrenador del conjunto alemán, dejó en el banquillo a Farfán.
Llorente tuvo una verdadera batalla aérea con la zaga alemana. El campeón del mundo se las vio y se las deseó con otro campeón del mundo: el griego Papadopoulos le ganó la mayoría de los balones aéreos así que fueron los más bajitos los encargados de carburar el equipo: De Marcos se inventó un pase por encima de la defensa que Muniain no pudo aprovechar. Huntelaar también avisó cazando una volea que Iraizoz supo despejar. Pero, a la segunda el holandés ex del Madrid no perdonó y en un fallo en la salida de balón, Susaeta le regala la bola al delantero teutón que la clavó rasa pegada al palo.
Tras el gol, Ander Herrera tuvo que ser sustituido por problemas físicos y entró en su lugar Ibai Gómez. El joven extremo izquierdo devolvió la tranquilidad a las aguas de la Catedral con un derechazo que dibujó una parábola inalcanzable para el meta alemán. Los leones calmaron una situación que podría haber sido más trágica ya que los alemanes apretaban y un gol los hubiera llevado en volandas hasta el deseado tercer gol que les daba la eliminatoria.
A pesar del empate, el Schalke nunca se rindió y las ganas se personificaron en un estandarte allí donde va: Raúl González Blanco de un magnífico zurdazo volvió a poner al equipo alemán por delante en el partido, pero de nuevo, la divina justicia se hizo cargo de sesgar las esperanzas de los alemanes en forma de gol de Susaeta. El extremo derecho recibe en fuera de juego un balón en profundidad y bate con tranquilidad la salida de Unnerstall.
De nuevo, el equipo de Bielsa regaló un partido vibrante a su afición, pero también un tanto loco que podría haberle salido más complicado de la cuenta cuando verdaderamente los alemanes no hicieron tantos méritos como para crear un partido con tantos goles. El Athletic debió haber dormido el encuentro desde el primer minuto.
El Protagonista: Raúl. El eterno capitán entregó la ofrenda floral a Pichichi, hizo caso omiso de los insultos dirigidos a él y mostró lo que le hizo una leyenda: entrega y determinación que fueron recompensadas con un verdadero golazo.
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