Un Gran Premio de Hungría que sorprendía incluso antes de la salida. Un Schumacher con problemas en su monoplaza obligaba aplazar la salida con una vuelta de descuento, haciendo que el piloto alemán se viera obligado a salir desde los boxes.
Durante los primeros compases hemos visto un Hamilton imparable y un Grosjean con hambre voraz de optar a una posible primera posición, pero los tiempos del británico eran demoledores, parecía que iba a ser un claro recital de McLaren, pero todo estaba por ver todavía. En la vuelta dieciséis daban comienzo las paradas, y con ellas las complicaciones y las reducciones de tiempo y la posibilidad variopinta de estrategias: neumáticos duros o blandos, dos paradas o una, parar los primeros o esperarse a los demás. Una variedad que ha conseguido descentrar en cuanto a las posibilidades reales de los pilotos por escalar posiciones.
Button y Alonso apostaron por los neumáticos duros en esta ocasión, al contrario que el campeón del mundo Sebastian Vettel. Los Lotus estaban dando el “do de pecho” en esta nueva prueba del campeonato: Grosjean estaba a la caza de Hamilton, mientras que su compañero de equipo, el finlandés Kimi Raikkonen se mantenía en quinta posición, justo por delante de Fernando. Puede que el mundial esté entre tres escuderías, pero si hay que calificar al equipo Lotus es por una regularidad destacable durante todo lo que llevamos de temporada.
Con el transcurrir de las vueltas se apreciaba que la carrera iba a ser puramente estratégica, en la que era difícil adelantar y con la amenaza constante de una degradación excesiva de los neumáticos. Esto último provocó que el equipo McLaren tuviera que cambiar de un “plan A” a otro tipo “B” que hacía referencia a parar tres veces en vez de dos para cambiar las gomas. Por desgracia esto no benefició para nada a Jenson Button, que tras su parada se encontró con Bruno Senna, convirtiéndose en una pesadilla particular que le impediría llegar a Vettel y Raikkonen, los cuales le consiguieron adelantar en boxes posteriormente. A partir de la vuelta 26 había tres grandes duelos en la pista: Hamilton y Grosjean por la primera posición, Button y Vettel por la segunda posición y Alonso y Webber por la sexta. La remontada espectacular del piloto australiano puso en un aprieto al asturiano, cuyo objetivo en esta nueva prueba era salvar los muebles y acabar por delante de Webber, su perseguidor directo en el campeonato.
En la vuelta 60, lo que mal empezó peor finalizó para el heptacampeón del mundo: Schumacher se vio obligado a retirarse con problemas en su monoplaza. Un sexto abandono que hace que en más del 50% de la temporada el piloto alemán haya tenido que finalizar las carreras de forma prematura.
Durante los últimos giros, Vettel sorprende con una parada que no estaba prevista: una degradación excesiva de sus gomas le obligaron a entrar de nuevo en boxes saliendo justo por delante de Fernando Alonso, que desgraciadamente no pudo dar caza al piloto de Red Bull. El desenlace ha dejado a los pilotos de Lotus con la miel en los labios al no poder alcanzar al que ha sido el rey del circuito de Hungría. Hemos podido ver a un Raikkonen agresivo y sin miramientos en segunda posición, por delante de un Grosjean frustrado por haber hecho un esfuerzo que sólo le permitió ser tercero. Por lo demás, hemos visto a un Vettel conformista en la cuarta posición, seguido por Fernando y Button. Un Alonso satisfecho con el trabajo realizado, tras haber hecho los deberes y acabar por delante de Webber que finalizó en octava posición.
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