Su nombre, Shoya Tomizawa. Era el piloto de la eterna sonrisa. Siempre atento, siempre simpático, siempre educado. Así era el primer ganador de una carrera en la categoría de Moto2, y por tanto el primer piloto de la historia en comandar el mundial de moto2.
El pasado 5 de septiembre se cumplieron 2 años del fatal accidente que se llevara la vida del joven piloto japonés de 19 años. Accidente que tuvo lugar en circuito al que llega, este fin de semana, el mundial. El ahora llamado Circuito de Misano Marco Simoncelli, en honor al piloto Marco Simoncelli, quien desgraciadamente perdimos el año pasado en un trágico accidente.
Aunque su número era el 48, siempre llevaba en su mono el número 74, en Honor a su ídolo, el malogrado piloto japonés Daigiro Kato. Como él, Shoya era la gran esperanza nipona para conquistar la categoría máxima del mundial de motociclismo, y como él, se convirtió en leyenda del motociclismo.
Tomizawa empezó a montar en minimotos a los 3 años. En el 2006 participo por primera vez en el mundial, en el circuito japonés de Motegui, en la categoría de 125. Una caída le impidió acabar su primera participación mundialista.
Volvió a participar como wild card en los dos años siguientes, consiguiendo en el 2007 la 14º posición.
El 2009 fue su primer año como piloto permanente del mundial de 250. Ese año acabo la temporada en 17º del mundial.
El 2009 era su año de adaptación, para que el 2010 fuera la temporada de su consagración. Y así fue, Gano una carrera, hizo dos podios, otras dos poles. Estuvo casa fin de semana luchando por la victoria, convirtiéndose en el ídolo del público japonés.
Aquel trágico 5 de septiembre, Shoya salió muy bien en carrera, y llegando a liderar la misma. Rodaba en el grupo de cabeza luchando con De Angelis y Redding. A pocas vueltas del arranque de la carrera, en una de las curvas rápidas de derechas, toco la hierba artificial se fue al suelo. Por desgracia, la moto le volvió a meter en pista. Ni De Angelis y ni Redding, pudieron hacer nada por evitar arroyarle. Los múltiples traumatismos hicieron imposible su recuperación.
Shoya vivió todo lo que es el mundo del motociclismo: espectáculo, magia, velocidad, pero por desgracia, también peligro.
Como dijo Dani Pedros
a al enterarse de la muerte de Tomizawa `` ha sido un jarro de agua fría muy fuerte. Darle todos los recuerdos a la familia. Su pérdida es demasiado difícil de digerir, no le olvidaremos nunca. Solo decir, que al menos vivió el sueño que tuvo desde pequeño que era correr en motos, así fue feliz´´’
Grande Tomzawa, estés donde estés, esperamos que continúes con tu eterna sonrisa, dando al gas con ese estilo tan suelto encima de la moto, y con otros grandes que por desgracia perdimos, como Kato, Simoncelli o Abe.
Ráfagas al cielo, nunca te olvidaremos Shoya.
Si (
No(
