Victoria de Lorenzo y cero para Pedrosa

Un comienzo de carrera poco inusual hemos visto esta vez en la categoría reina: justo en el segundo antes de apagarse el semáforo, éste comienza a parpadear, los comisarios sacan banderas amarillas y comienza un revuelo de pilotos quietos u en movimiento que no saben si retroceder o avanzar. Un problema en la moto del piloto Karel Abraham obligó a la dirección de carrera a posponer la salida; a partir de esto comenzaron los problemas: Dani Pedrosa con un problema con los calentadores de los neumáticos se ve obligado a sacar la moto de la pista. Y cuando todo parecía solucionado, los dos pilotos vuelven a notar problemas en sus respectivas motos, lo que hace que el piloto español tenga que cambiar de moto y salir el último de la parrilla. Pero ahí no quedó la cosa, ya que antes de finalizar la primera vuelta, la mala suerte del principio se cierne de forma definitiva para Dani con una caída provocada por Héctor Barberá, que tampoco pudo evitar terminar en el suelo. Con Pedrosa fuera de la competición todo se ponía color de rosa para Lorenzo, que aprovechando la ocasión puso tierra de por medio con respecto a sus perseguidores, dando comienzo a una marcha en solitario hacia la victoria. Este triunfo afianza aún más la ventaja de Lorenzo sobre Pedrosa, quedándose éste a 38 puntos del campeón del mundo en la clasificación del mundial.

 La alegría para los italianos fue la presencia del héroe local en segunda posición: Valentino Rossi fue durante toda la carrera el perseguidor del piloto mallorquín, rodando en un sorprendente segundo puesto que anticipaba la que sería la mejor carrera de la temporada. Il dottore ha confesado que le habría encantado dedicar una victoria a su compañero y amigo fallecido Marco Simonchelli, aunque ya era suficientemente meritorio esa segunda plaza que tantas pasiones ha desatado en el circuito de Misano. Aunque si hay un piloto al que se le deben atribuir todos los méritos ese es Álvaro Bautista; el piloto español ha conseguido su primer pódium en la categoría reina con un más que merecido tercer puesto. Una remontada con grandes adelantamientos que mantuvo en tensión hasta los últimos metros, puesto que en la última vuelta Dovizioso estaba más que dispuesto a quitarle la gloria, y fue necesaria una foto “finish” para determinar cuál de los dos cerraría el pódium. Esos últimos compases fueron la salsa de un gran premio de San Marino que ha sido amargo para unos y dulce y soñador para otros.