La transformación del Real Madrid, el mayor devorador de títulos del mundo, en cuanto se le presentó el primero de los seis que tiene a tiro esta temporada, dejó en el olvido las malas sensaciones de pretemporada. Su carácter ganador reapareció en Skopje para someter al Manchester United a un fútbol del que se proclama abanderado Isco Alarcón. Sin Cristiano Ronaldo de inicio hubo un nuevo líder.
En Skopje se jugó a lo que quiso Isco. Mientras el Manchester United apostaba al músculo y la dureza, el mago andaluz bailaba con el balón en cualquier lugar del campo.