Llegaron los cuartos de final, esos partidos decisivos donde comienzan a aparecer los grandes jugadores y se forjan las mejores selecciones. Tan decisivo como difícil fue el choque que se vivió frente a Alemania, en el que la selección dirigida por Rivera no empezó desempeñando el juego que nos tenía acostumbrado.
El equipo teutón se aprovechó del mal ataque y defensa españoles, pero con lo que no contaba era con el portero “suplente”, Sierra. El portero del PSg sustituyó a Sterbik y fue clave para la futura victoria con 11 paradas de 28 tiros realizados, aunque no pudo evitar que los alemanes se marchasen por delante en el marcador.
Ya en el segundo tiempo el equipo nacional despertó y levantó el ánimo de los espectadores presentes en el pabellón. Una clave del parcial inicial de esta segunda parte(5-1) fue el cambio en el sistema defensivo de la mixta al 6-0, que despistó a los teutones y tuvieron que elegir otras opciones para el ataque. Y así hicieron. Encontraron la clave de la defensa española y se adelantaron en el marcador, pero allí apareció el gigante Aginagalde para destrozar a toda la defensa alemana con 5 goles y dejar que el rival agonizase con el paso de los minutos.
Finalmente, España consiguió vencer por 28-24 y sigue mejorando sus expectativas en este “torneo local” que está disputando. El próximo rival que sufrirá la furia española será Eslovenia, partido de semifinales que se disputará en el Palau Sant Jordi, que disfrutará de la magia del combinado español y los empujará a la gran final, ese lugar que se merecen porque son los más grandes.
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