El Madrid acudió a Cornellá para cumplir con los compromisos que le quedan hasta final de liga. Eso se pudo plasmar en el campo, ya que los jugadores de Mourinho estaban como desanimados, tristes o apagados. Por su parte, el Espanyol arrancó con ganas, pero sin llegar a dominar de forma clara a los merengues.
La mala noticia para los blancos fue la lesión de Varane, a partir de la cual el Espanyol se vio más incisivo. Prueba de ello fue el gol que anotaron en el minuto 21, el minuto de Dani Jarque, marcado por Stuani, que volvía a dejar en evidencia a la defensa blanca a balón parado. A partir de aquí, vimos una exhibición ofensiva perica, forzando a Diego López a realizar buenas paradas para que no se hiciese más grande la herida. La dupla Sergio García – Stuani se convertía en una tortura para la zaga blanca, que se veía superada en cada acción y sin claras opciones de conseguir el empate. Pero es lo que tiene el Real Madrid, que en media ocasión y sin haber estado enchufado al partido, te endosa un tanto. Mou sacó a Cristiano Ronaldo y de una falta sobre él vino el primer gol. La falta fue botada por Modric para que Higuaín rematase y pusiese el empate en el marcador. A partir de aquí, el ritmo bajó un poco más y las ocasiones de gol cesaron por ambos equipos, solo protagonizadas por tímidos acercamientos de los catalanes y faltas tiradas por el crack luso.
Con el 1-1 terminó el partido con el que los blancos ven como el rival se hace con el título, que se llevarían tarde o temprano. Quizá les dolió más la lesión de Varane, que tiene todas las papeletas para perderse la final de Copa. Por su parte, el Espanyol le hizo un favor a su vecino al hacerle ganar la Liga sin jugar, aunque ve un poco más lejos la Europa League.
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