Así consta en una circular que el director de Seguridad en la Circulación, Manuel Besteiro Galindo, emitía el pasado 13 de agosto, veinte días después de que tuviera lugar el mortal accidente del Alvia en la curva de Angrois en el que perecieron 79 personas y resultaron heridas otras 150, y cuatro días después de que la ministra de Fomento, Ana Pastor, anunciase en el Congreso que se estaba llevando a cabo "una revisión general de todos los protocolos y sistemas ferroviarios, así como de los cuadros de velocidades" de toda la red.
Según la circular a partir del 31 de agosto de 2013 entrarán en vigor nuevas medidas para "complementar y reforzar la observación y el cumplimiento de las velocidades máximas en líneas de velocidad superior a 160 km/h, en aquellas transiciones que supongan una reducción significativa de la velocidad máxima recogida en el Cuadro de Velocidades Máximas (CVM)".
Variaciones "significativas"
Adif apunta a este respecto que existen dos tipos de velocidades a respetar: las velocidades máximas y las velocidades limitadas permanentes. De esta manera, define como transición significativa de velocidad cualquier “variación de importancia” que se produzca entre un mismo tipo de velocidad o entre ambos tipos, aunque en la circular no se molestan en precisar a partir de qué diferencia se considerará que este cambio es significativo.
En cualquier caso, en tramos donde se den estas circunstancias habrá señales fijas de velocidad limitada permanente que estarán relacionadas con el sistema de seguridad ASFA, que está instalado en los trenes a través de balizas, que mandarán al maquinista un preanuncio y un anuncio de la velocidad limitada permanente "cuando la velocidad a cumplimentar sea igual o inferior a 140 km/h".
"Independientemente de los controles de velocidad implantados por el sistema, el maquinista no excederá la velocidad máxima inscrita en las señales fijas de limitación de velocidad", concluía el documento.
Según avanza el diario El País, con estas medidas se pretende conseguir una mayor eficacia en el aviso a los maquinistas sobre la necesidad de reducir la marcha y, llegado el caso, forzar el frenado si las advertencias no son atendidas.
La imposición de estas medidas que parecen querer eliminar los “puntos negros” de la red ferroviaria parece reconocer que parte de la culpa en el accidente del Alvia es de Adif al no haber dispuesto estos mecanismos como debiera para evitar errores humanos.
Si (
No(
