Los de Paco Jémez cumplieron en defensa, una de las asignaturas pendientes de los madrileños y especialmente cuidada esta semana por el técnico canario, pero volvieron a caer en el desacierto arriba.
La falta de efectividad de los locales dejó abierta la eliminatoria. Los de Joaquín Caparrós regalaron el balón sin problema en la primera mitad, de menos ocasiones y brillo que la segunda.
Ya en la reanudación, el Rayo llegó con más asiduidad pero una vez más las buenas triangulaciones vallecanas no encontraron la red rival.
Aún pudo llevarse un disgusto la poca afición local que se dio cita, ya que el Levante la tuvo al borde del final. El Rayo se marcha al Ciudad de Valencia al menos con la portería a cero y una eliminatoria abierta.