El encuentro comenzó con las dudas que plantaba la alineación elegida por Mourinho para enfrentarse a un rival de la entidad del Barcelona. El técnico luso apostó por dos jugadores que no están jugando mucho esta temporada como Altintop y Carvalho, este último por lesión, para formar una defensa inédita completada por Ramos y Coentrao. Además, la opción del “trivote” defensivo en la medular, con Alonso, Lass y Pepe, confirmó cual sería a la larga el planteamiento del Madrid: no dejar jugar al Barça y renunciar a tener la iniciativa en el partido.
Sin embargo, la actitud del equipo madridista fue muy buena durante los primeros 20 minutos del partido. Una gran presión ejercida por la delantera, y la barrera que supuso el centro del campo, consiguió desarticular el juego de los blaugranas en los primeros tramos del partido. De hecho, los blancos se adelantaron en el marcador con un gran gol de Cristiano Ronaldo en el minuto 11. El extremo luso recibe un pase en profundidad de Pepe, le hace una bicicleta a Piqué y, con su pierna izquierda, bate por debajo de las piernas a Pinto.
Durante el resto de la primera parte el Barça comenzó a avisar al Madrid de que si se dedicaban únicamente a no dejarles jugar, ellos, desarrollando el fútbol que acostumbran a hacer, conseguirían hacerles algún gol. Los dos primeros avisos llegaron de la mano de Andrés Iniesta. En el primero conseguiría zafarse de la marca de Altintop y su disparo raso haría lucirse a Casillas. El segundo llegó tras la enésima triangulación de los blaugranas entre Xavi, Alexis e Iniesta, pero el de Fuentealbilla mandó el balón a las nubes cuando sólo le quedaba batir al guardameta madridista. El tercer aviso fue un pase entre líneas de Messi para Cesc, que terminó con Casillas haciendo las veces de “superman” para salir del área volando y despejar el balón con la cabeza. La mejor noticia por los de Mourinho en este tramo del partido era que llegaba el descanso.
Tras la reanudación se vio a un equipo local frío, sin ejercer esa presión asfixiante de la primera mitad y empeñado en aguantar un marcador demasiado corto. Tanto fue el cántaro a la fuente que a los cuatro minutos de la segunda mitad el Barça lograba empatar el partido. Fue a la salida de un córner, perfectamente rematado por Puyol, que entró libre de marca por el centro del área frente a la pasividad de la defensa blanca.
De ahí en adelante el equipo de Pep Guardiola empezó a sentirse cómodo en su papel de total dominador del partido. Las combinaciones entre los jugadores blaugranas se sucedían y el Madrid parecía conforme con el marcador, esperando al rival en su campo e intentando no ser superado. No se vio al equipo que jugaba en casa intentar crear ocasiones, ni siquiera parecían saber cómo quitar el balón al rival y tras un fallo garrafal de la defensa llegó el segundo de los visitantes. Messi asiste magistralmente a Abidal, que había ganado la espalda a su marcador, para que desde dentro del área y sin oposición, cruce el balón ante la salida de un Iker Casillas que estaba completamente vendido.
Después del gol del Barça en el minuto 77 llegó el segundo tiro a puerta del partido del Madrid. Altintop superaba por la banda a Iniesta y lanzaba un centro bien rematado de cabeza por Benzema, que se encontró con la madera. Este dato refleja lo anteriormente comentado, la falta de ambición del equipo blanco, que sólo pudo tirar dos veces a portería jugando en su campo, una total falta de respeto ante su público, que ve cómo, una y otra vez, el Barcelona les gana en casa y sus jugadores pecan de una desidia inusual para un partido de esta índole.
El partido nos dejó además algunas imágenes muy lamentables para la imagen del Real Madrid Club de Fútbol. El equipo blanco se vio tan superado que algunos jugadores realizaron durísimas entradas fruto de la desesperación, como en la que Carvalho recibe tarjeta amarilla por dar una patada a Messi por detrás, sin ninguna opción de llegar el balón. Fue tal la frustración que, con empate a un gol en el marcador, Pepe dio un pisotón en la mano a Messi con el balón completamente parado. La acción pasó desapercibida para los colegiados del encuentro, pero lo lógico sería que el Comité de Competición actuara de oficio y sancionara al central portugués, ya que no se deben consentir agresiones dentro del terreno de juego y menos con el balón parado.
Quedan todavía 90 minutos para saber quién será el equipo vencedor de la eliminatoria, pero por lo visto hoy en el Bernabéu mucho va a tener que cambiar el Madrid si quiere salir victorioso de su visita al Camp Nou. El Barcelona, a día de hoy, parece seguir un peldaño por encima del rival. Podrá ser más o menos efectivo, pero los discípulos de Guardiola saben a lo que tienen que jugar contra el Madrid, mientras que a los blancos parece olvidárseles su fútbol cuando se enfrentan al equipo azulgrana.
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