Roger Federer agranda su leyenda

Y eso que al inicio del fin de semana todo parecía gris. La lesión de Federer que le impidió disputar la final de la Copa de Maestros en Londres, la disputa con Wawrinka tras una durísima semifinal en la capital inglesa después de unas declaraciones de la mujer de Roger… Pero todo se solucionó antes de empezar a galopar sobre la tierra de Lille y, con un gran Federer y un estelar Wawrinka, Suiza conquistó la primera Copa Davis de su historia.

El primer día, el número 2 suizo fue el que tiró del barco. A sabiendas de que Federer todavía necesitaba tiempo para recuperarse de sus problemas de espalda, el partido de Wawrinka ante Tsonga se antojaba crucial. Y así fue a posteriori. El suizo barrió de la pista al francés y le otorgó un punto de oro teniendo en cuenta la derrota de Federer frente a Monfils. En el dobles, ambos pasaron por encima de la pareja gala dejando al equipo con ventaja para el último día, con todas las apuestas de tenis de su parte dado el seguro de vida que los dos tenistas helvéticos suponen en individuales como se puede observar aquí: http://www.bet365.es/news/es/betting/tenis/copa-davis/federer-da-el-punto-definitivo-a-suiza

Y ahí emergió la figura del número 2 del mundo, del seguramente el mejor tenista de todos los tiempos, el un tipo que quería el trofeo que le faltaba en su palmarés para ser aún más grande, más leyenda. Pues bien, cogió su raqueta y, ante 27.448 espectadores, casi todos en contra, no dio ninguna opción a Richard Gasquet en un partido que supuso el punto definitivo para Suiza. El siempre prometedor tenista francés no dispuso de una sola bola de break en todo el partido. Tremendo. La espalda de ‘Sir Roger’ ya era historia y su tenis fluía sin que nadie lo pudiera parar. Al menos Gasquet. Porcentajes altísimos de primeros, tan sólo 21 errores no forzados y una sensación de seguridad que hizo muy pequeño al rival que tenía en frente. Federer quería el título y, no sólo eso, sino que lo quería ganar él.

El suizo ha participado en todas las rondas de la Davis este año y quería cerrar la final como hizo. El resultado de 6-4, 6-2 y 6-2 en una hora y cincuenta y dos minutos lo dice todo. Pero, si tienen oportunidad de visionarlo, el último punto, con una dejada magnífica, cierra el círculo de lo que es Roger Federer: un auténtico maestro.

De este modo, ahora sí ha ganado todo. Todos esperamos que siga jugando y deleitándonos con su tenis y su ambición pero con 17 Grand Slams habiendo triunfado en los cuatro, 23 Masters 1.000, 6 Copas de Maestros, 302 semanas en el número 1, un oro olímpico y esta ensaladera se puede retirar tranquilo. Roger ya es eterno. El mejor de siempre.