El partido se presentaba con una ventaja de dos goles a favor de los colchoneros cuya eliminatoria consideraban ya casi zanjada, aunque habría que jugarla.
Como novedad, Simeone dejaba en el banquillo a Radamel Falcao y volvían Assunçao a la titularidad y Silvio a la convocatoria, tras tres meses después. Los italianos no presentaban muchas novedades, salvo Klose, por decisión técnica.
Así pues, la primera parte comenzó con un Atlético de Madrid dominador. Tanto Adrián en la delantera como Juanfran desde atrás, lideraban las sacudidas ofensivas de los locales que no verían incrementar su marcador hasta el segundo tiempo. A pesar de ello, vimos grandes muestras de buen juego propiciadas por el asturiano, cuya gran actuación no era ya sorpresa en el Manzanares.
De esta manera, se llegó a la segunda parte y pronto se vio que los visitantes, exentos de ganas y fe en sí mismos, sucumbían ante un Atleti que se adelantó con un testarazo de Godín tras un saque de esquina botado por Juanfran. Poco podían ya hacer los italianos, y poco fue lo que hicieron. Simeone dio entrada a Arda, Falcao y Silvio, por los que se podría considerar, fundamentales en este nuevo Atleti: Juanfran, Miranda y Adrián. En el último tramo del partido, Salvio cayó lesionado, aunque pudo aguantar cojeando hasta el pitido final.
A priori, el Atleti se veía en octavos, y a posteriori así fue. “Un entrenamiento”, lo calificaban algunos, como espejo de lo que se había visto en esta vuelta de los dieciseisavos de final. “Un entrenamiento”, donde los colchoneros creyeron con más fuerza, volver a Neptuno y repetir la gesta de 2010.
El protagonista: Adrián. A pesar de no anotar ningún gol, el asturiano estuvo 60 minutos en el terreno de juego y fue el principal protagonista de las acciones ofensivas de los rojiblancos.
Si (
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