Semfyc hizo estas consideraciones este lunes, tras conocer la decisión adoptada la semana pasada por el Consejo Interterritorial de Salud de prohibir el cigarrillo electrónico en centros educativos y sanitarios, en el transporte público y en las dependencias de las administraciones.
A juicio de esta sociedad médica, los cigarrillos electrónicos "representan un riesgo para la salud pública y pueden ser una puerta de entrada al consumo entre los más jóvenes".
Teniendo en cuenta que no hay estudios que demuestren su seguridad y eficacia para dejar de fumar, los médicos de familia consideran necesario investigar más para valorar su seguridad a corto y largo plazo y su eficacia como método de abandono del tabaco, afirma Semfyc en un comunicado. "Pero", prosigue, "incluso antes de seguir investigando, sería preciso garantizar científicamente el contenido del líquido que se vaporiza".