El escándalo, que se arrastra desde hace dos días, ha sido causado principalmente porque el gobierno había gastado 220 millones de dirhams (unos 19 millones de euros) en trabajos de renovación para adecuarlo precisamente a los estándares exigidos por la FIFA.
Varios medios aseguran que ya hay dos altos cargos (el secretario general del ministerio de Deportes y el director general de Deportes del mismo departamento) que han sido apartados de sus puestos.
El ministerio de Juventud y Deportes anunció en un comunicado que se ha creado una comisión interministerial de investigación formada por su propio ministerio, el de Interior y el de Economía "para indagar sobre las circunstancias del deterioro del césped del complejo deportivo".