El miedo a poder cometer errores, junto al temor a dar un paso en falso, fue la tónica de los dos equipos durante una buena parte del encuentro. Con esas intenciones, la primera parte dejó un partido sin alternativas y sin grandes ocasiones durante los primeros 45 minutos.
Sin tres de sus habituales titulares: Thiago Motta y Lucas, lesionados, el PSG recibía a un Chelsea armado con su once de gala. Pero a pesar de las bajas en el conjunto francés, los jugadores de Laurent Blanc salieron al campo con muchas ganas.
Los primeros minutos fueron para los “blues de Mourinho”, hasta que el conjunto parisino se hizo dueño de la pelota y creó las tres primeras ocasiones del partido: en el minuto 10, Matuidi remató de cabeza un centro de Cavani que Courtois despejó con los puños. El guardameta se lució de nuevo frente a Ibrahimovic en el minuto 11 y sobre todo ante Cavani, con su remate en el minuto 34.
Pero en un golpe de suerte, del posible 1-0, se pasó al más que inesperado 0-1. El Chelsea, en su primer acercamiento a la portería contraria con peligro, se adelantó en el marcador. Ferry, sólo en la banda izquierda envió un centro al área, Cahill desvió la pelota e Ivanovic de cabeza batió a Sirigu en el minuto 36.
El gol supuso un duro golpe moral para el PSG, que estaba jugando mejor, pero que se encontró con el gol en contra. Pero Blanc en el descanso, supo subir la moral de los suyos que salieron dispuestos a darlo todo en la segunda parte del encuentro.
El PSG se fue creciendo en el juego poco a poco. A los cuatro minutos de la reanudación, Ibrahimovic no logró acertar en la portería defendida por Courtois, pero en el 53', a puerta vacía, Cavani, con un centro de Matuidi, cabeceó el balón fuera del alcance del portero belga. El uruguayo firmó así su sexto gol en Champions.
El empate ponía cierta justicia en el marcador y el PSG muy motivado por el gol, fue a por la victoria. Sólo la grandeza de Courtois, que hizo bueno el autobús de Mourinho, fue capaz de frenarlos.
Las ocasiones de los parisinos casi se sucedían una y otra vez en el área del Chelsea, pero no acertaron. Ibrahimovic tuvo la última del partido de cabeza, pero Courtois que no quería encajar más goles para dar vida al Chelsea, supo solucionarlo.
De este modo acabaron las opciones del PSG ante el Chelsea. Mourinho consiguió un empate a domicilio que casi sabe a victoria, y que deberán hacer bueno en la vuelta en Stamford Bridge, donde el PSG promete pelea.
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