En la fase de grupos, España derrotó a Polonia (78-68), Ucrania (93-65) y Rumanía (83-61) y perdió frente a Francia (64-70) y Yugoslavia (79-80). Acabó segunda de grupo. En cuartos de final superó el escollo de Hungría (71-60) pero en semifinales no pudo con Rusia (59-74). En el partido por la medalla de bronce fue claramente superior a Lituania (89-74), con una sobresaliente actuación ofensiva de Nieves Anula, autora de 28 puntos con 4 de 4 triples.
“Nuestra gran virtud es que nunca nos hemos rendido, ni siquiera en la semifinal contra Rusia: faltaba un minuto y seguíamos defendiendo”, declaró el seleccionador, totalmente satisfecho tras la conquista de la medalla en Le Mans.
Aquella SEAF de bronce, que dirigió desde el banquillo Vicente Rodríguez, la formaron Elisa Aguilar, Rosi Sánchez, Nievs Anula, Lourdes Peláez, Sandra Gallego, Marta Zurro, Lidia Mirchandani, Begoña García, Ingrid Pons, Marina Ferragut, Betty Cebrián y Alicia López.
Lo mejor es que no fue un éxito puntual sino el inicio de lo que después, y hasta ahora, ha sido la era más dorada de la historia de la Selección Femenina. Desde aquel bronce de 2001, la SEAF ha encadenado 12 medallas más: en los Eurobasket, 3 de oro (2013, 2017 y 2019), una de plata (2007) y 4 de bronce (2003, 2005, 2009 y 2015); en el Mundial, una de plata (2014) y dos de bronce (2010 y 2018); y en los Juegos Olímpicos, una plata histórica (2016).
Con estos resultados sin precedentes en la historia del equipo, España se ha encaramado y consolidado en los rankings oficiales de la FIBA como la primera potencia del baloncesto europeo y tercera mundial.